Background
Soy un piscis del 79, disruptivo, rompedor y políticamente incorrecto. Desde los 13 años me vi trabajando, pasando por profesor de guitarra desafinada, camarero torpe, temerario chófer de la UEFA, transpirado y lumbálgico cargador de maletas en un prestigioso hotel de Barcelona (12€ por 5 horas de intenso trabajo…), azafato de medio pelo, becario de multinacionales, entre muchas otras profesiones. Es lo que tiene nacer con un innato deseo de vivir en la abundancia bajo un hogar que tenía demasiado mes a fin de sueldo.
La familia me dio la educación y los valores, las universidades moldearon mi masa gris, pero la calle, esa calle… me dio el instinto y el olfato que siempre me ha acompañado, un canalla venido a más. La vida son retos, deseos y muchas pelotas para perseverar. La suerte es del que la trabaja. La felicidad es mi obsesión, pero la felicidad en MAYÚSCULAS, y aquí tiene mucho que decir el propósito vital.
Cuando cargas maletas de 40kg a 30 grados durante 5 horas seguidas de turistas que ni siquiera te miran para un paupérrimo agradecimiento, tienes dos opciones, y esto vale como filosofía de vida: o bien maldices tu suerte y escupes al mundo que confabula contra ti, o bien cada vez que cargas una maleta piensas que se multiplicarán por dos, las que te llevarán en un futuro a ti. Y después de haber elegido la actitud acertada, y haber viajado casi el mundo entero, el verbo se hizo carne. Somos capaces de conseguir todos nuestros sueños si sabemos sintonizar lo que reposa sobre nuestros hombros con el más allá, la vida me lo ha demostrado. Creer para ver.
La familia me dio la educación y los valores, las universidades moldearon mi masa gris, pero la calle, esa calle… me dio el instinto y el olfato que siempre me ha acompañado, un canalla venido a más. La vida son retos, deseos y muchas pelotas para perseverar. La suerte es del que la trabaja. La felicidad es mi obsesión, pero la felicidad en MAYÚSCULAS, y aquí tiene mucho que decir el propósito vital.
Cuando cargas maletas de 40kg a 30 grados durante 5 horas seguidas de turistas que ni siquiera te miran para un paupérrimo agradecimiento, tienes dos opciones, y esto vale como filosofía de vida: o bien maldices tu suerte y escupes al mundo que confabula contra ti, o bien cada vez que cargas una maleta piensas que se multiplicarán por dos, las que te llevarán en un futuro a ti. Y después de haber elegido la actitud acertada, y haber viajado casi el mundo entero, el verbo se hizo carne. Somos capaces de conseguir todos nuestros sueños si sabemos sintonizar lo que reposa sobre nuestros hombros con el más allá, la vida me lo ha demostrado. Creer para ver.