¿Alguien se acuerda de KODAK? ¿De Blockbuster? ¿De SEGA?

Si no te suena, te envidio, eso significa que eres muy joven…

Estos monstruos mundiales en sus respectivos sectores murieron por varias razones pero convendremos que si algo les clavó la puntilla fue la falta de adaptación a los cambios. Hace unos años se avisaba del impacto que tendría la digitalización del ecosistema empresarial y el impacto inevitable que la entrada de internet a finales de los 90 tendría en todos, absolutamente todos los sectores e industrias globales.

El mundo VUCA ya me parece a cámara lenta, los acontecimientos mundiales con inmediata repercusión en las empresas cada vez son más rápidos, más impredecibles y sí, más incomprensibles. Tratar de crear esos incansables y “soportatodoonthepaper” excels de previsiones con revisiones mensuales por un comité lento y ególatra que defiende a capa y espada sus resultados de espalda al mañana es la primera causa de una muerte anunciada. Las reuniones hoy deben ser semanales, rápidas, sin parálisis por análisis, con el ojo puesto en el futuro y revisando lo acontecido recientemente para enderezar las velas al nuevo capricho del destino.

La jerarquía dinosáurica de empresas con muchas décadas e incluso siglos de existencia hace arduo difícil moverse con buena cintura en tiempos de locura, el regate rápido que tan necesario se hace en estos tiempos son propiedad de start-ups y pymes con gran capacidad de iterar y revolotear en función de los etílicos vaivenes de los mercados. Hoy decidir es equivocarse, y gana el que menos se equivoca. Hoy para predecir a medio plazo necesitas más un tarotista que un controller.

La pequeña empresa sueña con la robustez de la gran empresa y esta última ansía la velocidad de la pequeña, y en estos tiempos de turbulencias me temo que aquellas que sepan adaptarse con gran velocidad a los tiempos que vivimos serán las que vivirán para contarlo. Empresas consolidadas y con tremenda reputación hoy corren el riesgo de caer en la trampa de las tres primeras que mencionaba al inicio de este artículo, estas tres no supieron leer hacia donde viraba el cliente, y hoy las empresas deben seguir leyendo los tangos de los clientes y al mismo tiempo la bachata del globalismo económico con sus imprevisibles acontecimientos.

Si la jerarquía de tu empresa se desayuna su propia estrategia cortoplacista, si te exigen tomar una decisión en una semana que será finalmente firmada y aprobada en un mes ya te anticipo que tu empresa sale coja a la sala de baile.

En estos momentos turbulentos se necesita cintura, dominio y pasión para bailar los tiempos que corren.

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