Desde luego no es el artefacto más ecológico de la empresa pero sí puede ser la mejor sala de reuniones.

Después de 15 años como CEO en 3 experiencias internacionales puedo atesorar fácilmente más de 1.000 reuniones de seguimiento, con todos mis directores de departamentos (mis “n-1”) y con gran pesadumbre puedo identificar los errores habituales:

• Reuniones con el objetivo de tomar decisiones saludables para la organización reconvertidas en recreos para niñ@s que no han dejado de crecer donde acuden para lucir su EGO y escucharse a ell@s mism@s.
• A la hora de comienzo nunca estamos todos, a la hora prevista de cierre no hemos tomado las decisiones más importantes. Un clásico.
• Las personas van a las reuniones sin preparar nada y tampoco tienen un orden del día ni “deberes” al menos 48h antes de la celebración de la misma.
• La gente que no tiene nada de valor que aportar repiten argumentaciones anteriores ya validadas. Corren mínimos riesgos, algo que no corresponde a un puesto “n-1”.

Podría seguir, pero para ello debería convocaros a una reunión ;)

Obviamente yo siempre rectifiqué todas esas desviaciones y algo más, me obsesionaba la velocidad, tenía más que aprendido que si una reunión normalmente duraba 90 minutos, si yo decía que la haríamos en 40 minutos lograba mejores aportaciones, mayor participación y soluciones más efectivas e ingeniosas. La silla de una sala de reuniones no está para ser calentada por un culo cansado, sino para sostener un cerebro ardiente.

Dicho esto, fuera de la sala de reuniones hay vida humana. No lo olvidemos. Ahora va mi recomendación: si quieres tener relaciones significativas con tus equipos abórdalos en el pasillo, en la cafetería, en la fotocopiadora o en cualquier espacio donde no esperen encontrarte. Poder resolver temas 1-2-1 en sitios poco ortodoxos te ofrecerá:

• Feedback espontáneo y de modo constante, habitual. ¡No esperemos a las reuniones de feedback regladas cada “x” meses! Con esta fórmula las empresas funcionan mil veces mejor, sino preguntad a un controlador aéreo o al capitán de un barco cada cuánto querrían recibir feedback sobre su desempeño…
• Respuestas veraces. Ante la sorpresa del momento el colaborador no puede prepararse una respuesta, así que cualquier cosa que quieras saber tendrás la verdad en bandeja. Y las empresas que funcionan son aquellas que se cimientan en verdades.
• Las generaciones más jóvenes demandan este estilo de feedback, de reuniones cortas, espontáneas y directas. Lo veremos en mi siguiente post a detalle.

Evidentemente tomar este estilo de liderazgo hará que la empresa engorde en agilidad y ensamble sus decisiones al momentum del mercado de manera más eficiente y veloz.

¿Nos reunimos?

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