Este 4to hábito debería ser requisito indispensable para cualquier terrícola: Hablamos de SALUD en mayúsculas.
Si miramos películas de varias décadas atrás, todas las oficinas vestían el mismo escenario: fax, teléfono negro de cable, y normalmente un director con bigote, traje, corbata y pegando berridos bajo una nube de humo que propagaba, sin cesar, un puro cubano.
Los jefes con J, los superiores jerárquicos de los #babyboomers, eran el prototipo de persona que pasaba más horas en la oficina que en su casa, los que salían directos a cenar cuando los niños ya dormían y que fumaban incesantemente a lo largo del día. Reuniones, estrés, tabaco y en muchas ocasiones, un buen repertorio de espirituosos en un armario cercano al escritorio. Eran otros tiempos, “Cuéntame style”…
Los tiempos han cambiado, y para bien. Thanks God.
El gefe con G cuida su salud y la de sus equipos. Mens sana in corpore sano es una máxima a respetar en la dirección de personas en este mundo moderno que vivimos.
El gefe con G respeta todas o varias de las siguientes afirmaciones:
Al final de la historia, debemos asumir que no somos invencibles y que nuestro chasis se debe cuidar para poder funcionar a pleno rendimiento. Hoy estamos, mañana no, debemos cuidar el chasis del coche de nuestros sueños, nuestra propia vida y la de nuestros equipos.
El gefe con G prioriza la salud por encima de todo y entiende que su cuerpo es su templo a cuidar. Y, finalmente, debemos entender que una vida saludable aporta una autoestima elevada, un punto fundamental para atraer a los equipos, porque el gefe con G lidera sin imposición, por atracción y la autoestima es una cualidad totalmente demostrada en el ámbito del liderazgo efectivo.
¡Salud!
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