#NOHAYVERANOSINBESO. Ni incendios, ni avisos desgarradores del planeta que muere.

El maltrecho artista Antonio Vega, en una de sus mejores obras, una de esas pielgallineras en toda regla, “El sitio de mi recreo”, canta en un momento dado: Hay nieve, hay fuego, hay deseos, allí donde me recreo”.

Esa frase me ha recordado a este verano del 23 donde, una vez más, hay fuego, en eso coincidimos con Vega, pero la nieve peligra cada vez más, especialmente en los polos, y sí, han habido deseos querido Antonio, desde todos los ángulos para terminar la temporada con muchas horas de amarillismo televisivo.

Voy a empezar por el beso, porque de otra cosa no se ha hablado estos días. Y está todo orquestado. Pan y circo, pan y circo.

Seré muy directo con mi opinión aunque muchos no coincidan, para eso tenemos (todavía…) ese derecho, el de libertad de expresión, y creo que a Rubiales había que haberlo sacado hace ya mucho tiempo, pero no por el beso, eso para mí es lo de menos, había que destituirlo por macarra, por chanchullero y por no tener el caché que se requiere en un puesto de esa categoría. Dicho queda.

Que nos hayamos acostumbrado a que los que dirigen nuestro país sean en muchos casos personajes grises, sin cotizar una puñetera hora en su vida, que usan su poltrona y sueldo de seis cifras para hacer el indio, para dividir, para enfrentar, es una cosa, pero que admitamos y veamos como normal que cualquier poligonero pueda regentar cargos de altísima responsabilidad, por ahí no, por ahí no. Cada vez debemos exigirnos y exigir a los demás mayor pulcritud cuando somos espejo de personas que nos siguen, que nos reportan y aquí no hay ni una puñetera excusa que valga.

Va siendo hora que el liderazgo sea ejemplar, sin fisuras ni medias tintas, en cargos que sirven de ejemplo a la sociedad, y especialmente a una juventud que va muy perdida. Y repito, para mí el beso ya es lo de menos, si hubiera sido Guardiola seguramente no hubiera tenido el mismo efecto ni repercusión. Nos estamos acostumbrando a juzgar, por el interés de algunas élites que mueven sus hilos interesadamente, por el personaje y no por los hechos. El target está claro, y hay que hundirlo, y por suerte quedamos pocos que sabemos discernir el oro de la paja. Pan y circo, pan y circo.

Hoy en la radio escuchaba en dos ocasiones esta frase, que cito textualmente: “que coja a una chica como un saco de patatas es algo gravísimo”. La misma tertuliana, a quien bien conozco y no nombraré, ni se despeinó cuando soltamos hace pocos meses a más de mil violadores y despojos humanos con penas de ámbito sexual a la calle (uno ya ha reincidido por cierto, mientras escribo estas palabras, aunque los medios bienpagaos lo ocultarán), esos que ya os digo que si os pillan no os roban un piquito. Lo que, y lo siento porque soy el primero que quiero dejar un mundo decente a mi hija Sofía, estamos haciendo es política, y no justicia. Un mismo gesto, una misma idiotez dependerá de qué perfil lo haga para que sea una gracia o sea un delito, y por ahí no, por ahí no. Y repito, a Rubiales había que haberlo destituido hace mucho tiempo, pero por otras cosas especialmente. Y quede claro, si alguna, por una sola que sea, se haya sentido agredida es motivo más que suficiente, lo que me gustaría saber es qué ha sido una agresión sentida, o una presión mediática y política sentida. Ahí lo dejo. A buen entendedor…

Dicho esto, y confirmando aquello que se puede ver por los rincones de Formentera, no hay verano sin beso. Y mientras miramos el beso, no vemos cómo ha subido el precio del aceite ni el de la gasolina. “Mira la pelotita, mira la pelotitaaaa…”

El precio de la gasolina, en cambio, sí que lo han mirado esos pirómanos que cada verano salen a faenar. Y digo yo, teniendo por lo menos 9 meses para prepararnos cada jornada, ¿no somos capaces de prever esto? ¿No podemos preparar los bosques para que no ardan de esta manera? ¿No podemos limpiarlos? ¿No podemos dignificar como hago yo cada día desde las 6 de la mañana a esos miles de presos para que hagan un aporte social y encargarles todas estas tareas? ¿Qué fue de los cortafuegos? Si el trabajo dignifica…¿no? O eso me repito cada madrugada…

Y la pregunta más importante que me hago:¿Quién dimite cada octubre después de los cierres de verano? Para esta última pregunta sí tengo respuesta, desgraciadamente. Es el primer verano de mi vida que veo un paisaje desolador, jardines que por restricciones de agua parecen más lo que yo recuerdo de Canarias que de la península. Y así vamos haciendo un círculo destructivo, cada vez menos verde, más sequedad, más incendios y más ineptos al cargo de.

Y para rematar, ya que como veis hoy estoy de lo más positivo, este verano ya ha vuelto a avisar y me temo que el Planeta está cansado de dar señales. Volviendo al principio, todo el mundo avisó de que la famosa ley estaba mal planteada y tendría efectos adversos, se avisó por activa y por pasiva, y al final sucedió. Pues lo mismo veo venir con el Planeta, nos avisa cada vez más, y nosotros ¿dónde estamos? Pues lo voy a contestar rápidamente:

  • Nosotros estamos mirando y opinando del beso.
  • Nuestros políticos están luchando para que el futuro de toda España dependa de una minoría expatriada.
  • Y los de más arriba ni molestándose para parar una guerra atroz, inútil y que cuando pete una central nuclear nos echaremos las manos a la cabeza. Eso sí. que quede claro que esta guerra no para porque todos se están llevando su trocito del business, mientras los jóvenes mueren por las esquinas.

Hoy no ha sido el día más positivo de mi vida, lo reconozco, pero va siendo hora de hablar claro. Si busco la felicidad, a veces no va de potenciarla, sino que va de denunciar lo que me hace infeliz, y hoy estamos ahí.

Deseo que la vuelta al cole nos aporte a todos más luz y más paz.

¡Feliz vuelta!

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El maltrecho artista Antonio Vega, en una de sus mejores obras, una de esas pielgallineras en toda regla, “El sitio de mi recreo”, canta en un momento dado: Hay nieve, hay…

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