Por muchos Libertos más.

Hace unos meses tuve el terrible impacto de ver a Liberto totalmente demacrado, absolutamente irreconocible en un vídeo que colgó en LinkedIn informando sobre su estado de salud.

No tenía ni idea de que mi querido Liberto ya había comprado boletos para la siguiente dimensión. Fue un duro golpe. La última semana de agosto Liberto se apagó.

Liberto Pereda fue el primer Gefe con G que tuve la gran fortuna de conocer. Yo estaba trabajando en BIC y fueron dos etapas. La primera, previa a mi Erasmus en Milán, y la segunda etapa después. No consigo recordar ni cómo se llamaba el CEO de mi primera etapa, de veras, no tengo ni la mínima pista del nombre del que debería ser alguien que dejara huella en mi vida, el primer Director General de mi vida profesional, pues no, ni idea. Eso ya lo dice todo.

Al volver de Milán me comentaron que había un nuevo CEO, un tal Liberto, y hablaban maravillas de él. Yo no era más que un becario, eso sí, un becario muy rentable. Siempre digo y diré que los mecheros BIC que todos conocemos hoy siguen vivos gracias a mí, o desde luego con tremenda aportación por mi parte, y eso es algo que siempre llevaré con orgullo. Antes de irme a Milán ya había entregado un proyecto que haría, por fin, modernizar el estilo de los míticos encendedores y salvar esa línea tan importante para la organización y que desde hacía meses sufría muchas pérdidas y estaba en riesgo su continuidad.

Conocer a Liberto fue como romper todos los esquemas de un organigrama. Si Liberto tuviera una espada hubiera despellejado cualquier organigrama, cualquier esquema donde pudiera haber escalones, jerarquías. Liberto era un CEO de terreno, un líder sin medallas, un héroe sin galones. Él pretendía ser uno más y esa cercanía nos empapaba a todos. Yo venía de ESADE donde se mamaba la mentalidad un poco arcaica de empresas con cargos distintos, los blue collar y los white collar, los organigramas verticales, el reporting basado en autoridad y de pronto cruzaba una puerta de una empresa TOP mundial, que no era un chiringuito de playa para entendernos, y me encontraba un ambiente donde el becario era igual de respetado que el propio CEO.

Eran aires revolucionarios, ambientes desenfadados de respeto y esfuerzo, mi experiencia fue tremendamente gratificante. El miedo a la vida profesional se tornó una aventura gustosa. Liberto supo dejar huella en mí, y si hoy abandero el movimiento global de los Gestores de Felicidad, de los Gefes con G, seguro que podemos encontrar al culpable, ya en otra dimensión, que supo inyectarme silenciosamente el dulce veneno del liderazgo moderno, de la gestión por respeto y admiración, del esfuerzo por reconocimiento y no solo por bonus.

Liberto, en cualquier organización centenaria como BIC, podría haber sido visto como un terrorista, un antisistema dentro del sistema, un miura sobre la mesa de un comité canoso y caduco. En cambio, allí por donde pasaba sembraba elogios y buenos resultados.

A finales de junio del 2002 Liberto perdió la batalla conmigo. Le anuncié que me iba a L´Oréal, donde pude aprender mucho de lo que no quise ser luego, una pena no haber disfrutado más de Liberto, pero las decisiones pueriles hay que dejarlas fluir, luego ya juntaremos los puntos, como decía Steve Jobs, cuando se escriban los últimos capítulos de nuestra experiencia terrenal.

No obstante, Liberto era de los que no se rendían, miles de admiradores de él lo sabemos y lo hemos podido reconfirmar en su recta final, y así con aplomo y ahínco estuvo llamando a mi casa, tratando de convencer a mi madre para que pudiera hacerme cambiar de opinión. Salvando las distancias, me recuerda a la historia de Nike y Jordan. Repito, salvando las distancias, y no solo de estatura.

Mi madre vivió con honor y con orgullo toda esa situación. Ella había trabajado toda la vida como secretaria de Dirección, y que un CEO llamara a casa más de una decena de veces durante un mes para poder fidelizar (mal llamado “retener”) el talento de su hijo que apenas tenía 4 horas de vuelo en el mundo laboral, le hacía sentir bien, orgullosa y conectó muchísimo con Liberto. Ella también acusó su muerte, porque fue un efímero período de su vida pero muy intenso, el complot que formaron para que no depositara mi talento a 636km del nido familiar fue muy potente. Pero bueno, ya me conocéis, no lo consiguieron.

Ojalá el mundo laboral se poblara de más Libertos, de personas únicas, humildes, con visión, con amor, con respeto, que logran de manera casi mágica involucrar a todo el talento de una organización. Gracias por tanto Liberto, gracias, siempre en deuda contigo.

Mi último día en BIC Liberto no se sirvió de la venganza del EGO, del resquemor de un CEO que ha perdido la batalla contra un simple becario, todo lo contrario, me hizo una despedida en toda regla y me regaló un libro que se titulaba “No es cuestión de suerte”. Tenía una maravillosa dedicatoria, y no me canso de repetir nunca que hubo una frase, dentro de la dedicatoria, que me ha marcado toda la vida y era la siguiente: “Verás, querido Nacho, que lograrás el éxito, porque lo conseguirás, lo sé, y cuando lo logres verás qué buen sabor tiene…”.

Muchas veces en mi vida me había preguntado a qué se refería Liberto con eso del éxito y después de irlo siguiendo y admirando un par de décadas, comprendí que el éxito no era para nada lo que a los 22 años yo pensaba, y también entendí que Liberto sabía que yo lo comprendería con el paso del tiempo, a fuego lento, con el crecimiento de conciencia y el pasar de los años. Gracias Liberto, ya un éxito para mí fue poder compartir contigo, maestro, un espacio corto pero glorioso de mi vida profesional.

Cuando me enteré de tu marcha te lloré, y te sentí, y no puedo decirlo de nadie más que se apagara y que no lo hubiera visto en dos décadas. En tu caso fue así.

Gracias por todo, nos vemos en otra dimensión, si tengo esa suerte nuevamente…

#LibertoPereda #homenaje #unGefeconG #DEP #gestiondelafelicidad #empresasrobustas #motivacióndeequipos #resultados #excelencia #gestionempresarial #liderazgo #transformacionempresarial #coachingempresarial #gefe #elgefe #nachobarraquer #consultoria #formación #milennialls #genx #babyboomers #centennials #nuevasgeneraciones #primerolaspersonas #bienestarorganizacional #capitalhumano #empresasfelices #resultadosfelices

Hace unos meses tuve el terrible impacto de ver a Liberto totalmente demacrado, absolutamente irreconocible en un vídeo que colgó en LinkedIn informando sobre su estado de salud…

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies.

ACEPTAR
Aviso de cookies