Robots, los nuevos empollones

Los tiempos cambian, las generaciones avanzan y cada día millones de boomers se jubilan y cada día millones de centennials firman su primer contrato de trabajo. El mundo evoluciona y erróneamente los líderes hoy gestionan equipos de manera uniforme sin tener en cuenta sus diferencias generacionales.

En 2030, que está a la vuelta de la esquina, 2 de cada 3 empleados serán millenials o centennials y, a día de hoy, seguimos con la teoría del líder, algo de los años 90, el superior jerárquico de generación X y boomers pero no de estas jóvenes generaciones que demandan una versión perfeccionada, evolucionada, demandan Gefes con G, gestores de felicidad.

Bien, hecha esta introducción, hoy querría hablar de un tema que siempre me ha interesado: ¿Contra quién compiten las nuevas generaciones?

Nuestros mayores, los boomers, competían con los que iban a la universidad. Eran tiempo duros, no todo el mundo podía permitirse ir a estudiar una carrera, no solo por el coste de la misma sino también porque cada día que uno iba a estudiar era un día más sin ingresos. Algo insostenible, en esos tiempos que tener hijos era una inversión y no una derrama colosal. El lujo de hacer una carrera universitaria era realmente para muy pocos afortunados.

Recuerdo a mi abuelo decirme frases del estilo: “A Don Rafael le ha ido muy bien en la vida porque ha estudiado”…

Luego llegaron los generación X, la generación que por primera vez pudieron estudiar carreras universitarias sin mayores problemas. La educación se había democratizado, eran esas épocas donde surgían efecto las múltiples manifestaciones con neumáticos ardiendo y carteles que rezaban el clásico “¡el hijo del obrero a la universidad!”.

Los generación X competíamos con los empollones, con los que mejores notas sacaban. Recuerdo en ESADE que al acabar la carrera nos ponían separados por cuartiles, y los mejores en notas que estaban la pole position, el mejor 25% de la promoción, eran buscados por las mejores empresas. En cambio, los que peores notas habían cosechado durante la carrera debían enfrentarse a un duro peregrinaje para lograr un buen o decente primer empleo.

Y luego vienen los millenials. Y querría apuntar aquí que, en esta transición de generaciones, es cuando la revolución digital más fuerza cogió. Hoy el mundo va muy veloz, cuando hoy las nuevas generaciones que se gradúan y tirar el birrete al aire (gorrito típico de graduación) entre aplausos y orgullo de padres y madres haciendo fotos con sus teléfonos móviles, cuando esos birretes tocan el suelo esa carrera universitaria ya ha quedado caduca, obsoleta. Y es que repito, el mundo va más rápido que las materias universitarias, además que hablamos de carreras universitarias enfocadas a empleos que la mitad desaparecerán antes de 15 a 20 años, en un sistema educativo basado en la repetición y en la memorización.

Un sistema educativo perfecto, ideal, para el siglo pasado…

Y con este panorama, son los millenials los que compiten con los que más rápidamente se adaptaron a Redes Sociales a la nueva economía digital.

Hoy centennials tendrán que competir directamente con robots y con la inteligencia artificial, estos son los tiempos que les toca vivir y es hora de aceptarlo y adaptarnos. Al menos a estos empollones no les podrán dar collejas…

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Los tiempos cambian, las generaciones avanzan y cada día millones de boomers se jubilan y cada día millones de centennials firman su primer contrato de trabajo…

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