14 de marzo del 2020, como regalo de cumpleaños me encierran en casa. Aquel virus que comenzó en China ya había pasado por Italia y sí, lo teníamos en casa. Nadie sale de casa, lo dice Pedro.
Ese día el mundo se partió en dos bloques: los CEOs que controlan y los CEOs que delegan. Los primeros debieron perder la flora intestinal, no quiero ni imaginarme cómo pudo ser la sensación y la vivencia de un/una CEO que vive desde el control, el presentismo y la falta de confianza en ese mismo momento donde sabía que durante semanas no podría ver a su gente. 100, 200 o miles de empleados tratando de surfear esta fea ola desde sus domicilios. Wow, debió ser traumático…
Ese sábado el mundo empresarial también se partió en dos bloques: los que ya vendían online y los que no. De oro se hicieron todas aquellas empresas que ofrecían asesoramiento e implementación de venta online. Sin ir más lejos, yo en aquel momento estaba en una multinacional presente en 42 países, casi un siglo de historia y lanzamos nuestro e-commerce en 14 días, algo impensable en cualquiera de las interminables discusiones al respecto que acontecían en los comités mes tras mes, año tras año.
Y desde ese momento ya todos sabemos la historia. Básicamente un calvario, tanto para los sectores afortunados que no daban abasto y por otro lado el resto del planeta viendo como los forecasts del año temblaban como flanes en bandeja de papel.
La pandemia ha sido un punto de inflexión en muchos ámbitos dentro del ecosistema empresarial. Ha sido una gran oportunidad para todas aquellas personas que querían demostrar su innata vocación de liderazgo. Pocos la utilizaron, cuando el miedo te embarga, ya lo sabía Maslow, las prioridades de supervivencia eclipsan todo el resto. Y los pocos que pisotearon a Maslow y lograron priorizar el bienestar de sus equipos, esos y esas, triunfaron y triunfarán.
Ahora cruzamos al otro lado del charco, y vemos a todas esas personas de cargos intermedios o funcionales en sus casas, preocupadas y sufriendo por la situación. Tratando de compaginar su vida personal, familiar y profesional enganchados a las noticias la mayor parte del día. Estas personas durante todo este tiempo han apreciado el valor que tiene poder dedicar más tiempo a la familia, el valor que tiene poder tener una terraza, incluso un perro, y sobre todo han comprendido la pérdida de tiempo que muchas veces supone el desplazarse a la oficina. Y no solamente esto, hoy por videoconferencia puedes tener fácilmente 7 u 8 reuniones en un día cosa que presencialmente antes harían una y a lo máximo un par y con sus costes de desplazamiento añadidos.
La velocidad del trabajo se ha exponenciado y el tiempo de calidad con la familia se ha incrementado y, además, la capa de ozono también lo agradece. Hemos descubierto las bondades que tiene el teletrabajo, algo que llevo yo más de una década defendiendo. Trabajar desde casa es algo que ya ha venido para quedarse, y obviamente, cada empresa debe decidir cuáles son sus cuotas adecuadas, creo que un formato híbrido es ideal, ni todo ni nada.
Hoy en cualquier entrevista de trabajo se incluye una pregunta que antiguamente era absoluto tabú y que hoy está asegurada: ¿Qué porcentaje se teletrabaja en esta empresa?
Y aquí llega el problema. Todos esos equipos de esos CEO´s controladores, autoritarios y que no confían ni delegan en su gente ya no quieren volver a las oficinas. Me he encontrado con 3 tipos de empresas básicamente en este tiempo post-pandemia como asesor:
En este tercer escenario, lo siento mucho, si no quieren volver a la oficina, el problema eres tú.
#empresasfelices #resultadosfelices #felicidadorganizacional #gestiondelafelicidad #gefe #elgefe #nachobarraquer #coachingejecutivo #formación #milennialls #genx #babyboomers #centennials #teletrabajo #postpandemia #liderempresarial #tiposdelider #liderazgo