Las generaciones más jóvenes viven en la inmediatez, en el aquí y ahora y en un “click” y practican aquello del Carpe Diem. Siempre te dicen que sólo se vive una vez y yo respondo que no se equivoquen, que solamente se muere una vez y se vive todos los días.

En esa perspectiva cortoplacista y miope de una vida atropellada olvidan que los días pasan rápidos pero los años lentos, al revés de cuando eres padre o madre primeriza. Los efectos en el entorno laboral son devastadores: deslealtad, alta rotación y frustración.

Es cómo jugamos ese tiempo de máxima energía mental y física con lo que construimos el futuro y traigo malas noticias al respecto, lo siento.

Escuchaba el otro día que la media diaria de los jóvenes hoy es de más de hora y media en redes sociales. Que un challenge de Tik Tok mató a 82 adolescentes, aunque solamente nos enteráramos de 2 porque sus padres denunciaron y posiblemente, no aceptaron sobres a cambio de silencio, presuntamente… vaya esto por delante que yo soy muy (mal) pensado.

Al mismo tiempo se han más que doblado los trastornos mentales en jóvenes comparado con datos previos a la p(l)andemia.

Mientras ahora nuestros jóvenes toman su dosis de heroína digital, más conocido como el algoritmo tik tok, viendo como una joven hace un baile trambólico o dos japos hacen el reto de comer cereales uno en la boca del otro con riesgo de ahogamiento (ya ha pasado y directos al tanatorio), toda una generación de médicos se está jubilando y avisan: no hay reemplazo. No hay cantera que los pueda suplir, y los que hay se van a trabajar a UK u otros países donde se les paga, ni más ni menos, lo que se merecen.

Hoy queremos neurocirujanos que cobren como un rider de Glovo, hoy queremos ginecólogos que ganen como una microinfluencer vendiendo cremas solares de dudosa producción, y eso es un problema que tarde o temprano explotará, y no lo verás en tik tok.

Los mejores años de nuestros jóvenes pudiendo formarse, cultivarse, leer, aprender, hacer prácticas, pensar en “challenges” que hagan de este mundo un sitio mejor, lo pierden enganchados a esta heroína digital. Tú, padre, madre, tienes parte importante de responsabilidad y no sigamos mirando a otro lado. Asumamos que está en nuestras manos.

Hace mucho tiempo en una célebre ponencia hice una pregunta a más de 100 personalidades de gran calado: ¿Es este el mundo que queremos dejar a nuestros nietos? Era el 2018, hoy en 2022 añado: ¿Son estos nietos los que queremos dejar a este ya maltrecho mundo?

¡Reflexionemos joder!

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